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Sin duda creo que el director trató de reflejar en la película el tema de las apariencias. De lo que es y no es real a simple vista. La película termina dejando al espectador dudando sobre lo que es o no es verdadero. También tiene un principio en el que el protagonista saca fotos de una modelo, de forma muy superficial. Lo que entendí es que la realidad donde vivimos es como una trampa. Cuando vemos en detalle la realidad, cuando la descomponemos en pequeñas partes ampliadas, llenas de nueva información que desconocíamos, descubrimos entonces  secretos que se esconden en ella. Descubrimos que la realidad es distinta a como la percibimos. Este aspecto se ve reflejado en la película, en la parte en que el protagonista amplía las fotos, y descubre sorprendido un asesino y un cadáver, ambos pixelados.

 

Todo lo que vemos es en realidad superficial, y descubrimos lo verdadero, lo que se esconde tras lo superficial, cuando sabemos “mirar”. El concepto de la “mirada” se refleja tanto en la película, como en el cuento de Cortázar (Las Babas del diablo, 1959). Es interesante esta cita en el cuento de Cortázar: “Basta elegir bien entre mirar y lo mirado, desnudar a las cosas de tanta ropa ajena”. Es importante el proceso artístico que quiere mostrar el director,  tanto del fotógrafo protagonista, como del amigo pintor en la película. El pintor, en la película, dice que cuando pinta, la pintura no le dice nada. Luego va descubriendo cosas, y al final todo se clarifica. El fotógrafo se pasea con su cámara en la mano, sin saber que encontrará realmente. Como dice el artista Gabriel Orozco, lo importante es salir a buscar cosas. Y uno siempre las encuentra, si sabe bien “mirar”. Lo importante es tener la “decisión”, y a continuación, disponer de la “mirada”.

 

Otro aspecto que se muestra, es cómo una pequeña acción que hagamos, algún paso que demos, aunque sea por puro azar, pueda llegar a adquirir suma importancia a la larga, y puede involucrar a otras personas (el fotógrafo, probablemente, salva sin querer al chico, en el cuento de Cortázar). La imagen toma mucha importancia en la película. En la trama final, todo se ve reducido a una imagen. El protagonista nunca presencia el crimen de la foto en la realidad. Lo va descubriendo poco a poco, a través de las imágenes contenidas en las fotografías, en su casa.

 

En definitiva, el director escoge para la película algunas ideas de Cortázar, y se podría decir, que, tanto en la película como en el cuento, hay un juego del concepto de ser o no ser. Como de ver o no ver el valor exacto de las cosas. En el final, el fotógrafo hace pensar al espectador que quizás nunca ocurrió el asesinato, al igual que la pelota imaginaria de los mimos se convierte en real.

 

                                                                                                    Federico Menini

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